LA DESPILFARRADORA
Cierto día de una primavera
Paseaba una gata engreída, mimada y altanera,
Dando vueltas incesantes,
Engaitando las atentas miradas ambulantes
De las gatas atraídas por sus ropas exuberantes,
Que acuden ligeramente a su silenciosa llamada,
Y ocurre que las criaturas necesitadas
Se hacen amigas de la afortunada
Que a cambio de ser popular
Y sentirse destacada y singular,
Cada día les ofrece, a cada una,
Un jersey de algodón y porción de comida gatuna
Sacada, de su amo, la fortuna.
¡Pobre de su desdichado amo
Al que la pulgosa mantiene como un esclavo!
Ocurrió, repentinamente, que el amo desesperado,
Pues los antojos de su gata le han arruinado,
Al caprichoso animal deja abandonado
Y cuando esta, desolada,
Busca refugio en sus amigas, ahora emperejiladas,
Segunda vez la dejan de lado.
Finalmente el animal , sin nada y desesperado,
Se arrepintió de su consumo arrojado.
¡No presumas de un consumo inagotable,
Que, muchas veces, pueda llevarte a una ruina irremediable!
Emmanuel Guaitoto
Cierto día de una primavera
Paseaba una gata engreída, mimada y altanera,
Dando vueltas incesantes,
Engaitando las atentas miradas ambulantes
De las gatas atraídas por sus ropas exuberantes,
Que acuden ligeramente a su silenciosa llamada,
Y ocurre que las criaturas necesitadas
Se hacen amigas de la afortunada
Que a cambio de ser popular
Y sentirse destacada y singular,
Cada día les ofrece, a cada una,
Un jersey de algodón y porción de comida gatuna
Sacada, de su amo, la fortuna.
¡Pobre de su desdichado amo
Al que la pulgosa mantiene como un esclavo!
Ocurrió, repentinamente, que el amo desesperado,
Pues los antojos de su gata le han arruinado,
Al caprichoso animal deja abandonado
Y cuando esta, desolada,
Busca refugio en sus amigas, ahora emperejiladas,
Segunda vez la dejan de lado.
Finalmente el animal , sin nada y desesperado,
Se arrepintió de su consumo arrojado.
¡No presumas de un consumo inagotable,
Que, muchas veces, pueda llevarte a una ruina irremediable!
Emmanuel Guaitoto